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La Hora del Planeta se trata de una iniciativa de la ONG WWF que se inició hace una década con la intención de concienciar a la gente de la necesidad de cuidar el planeta. La iniciativa, que comenzó en Australia, propone apagar las luces durante una hora. Un gesto de alivio en el consumo energético para conectar con lo que importa, la esencia entre el hombre y la Tierra.

Hoy son ya más de 180 los países que participan formando un movimiento de corte ecologista que ha conquistado a medio mundo. Con esta nueva edición 2020, la Hora del Planeta apagará, una vez más, las luces de cientos de ciudades, miles de monumentos y millones de hogares.

Con motivo de la crisis sanitaria global en la que nos hallamos: balcones, terrazas y ventanas se han convertido en una expresión de lucha y comunicación con la sociedad.

El sábado 28 de marzo, entre las 20:30 y las 21:30, sal al balcón y lanza con luz el siguiente mensaje en código morse:

“Apaga la luz, todo irá bien”.

En Play Store y Apple Store, puedes encontrar apps gratuitas para emitir el mensaje en morse utilizando la linterna del teléfono.

Reduce tu consumo energético

En Proyecta Estudio te animamos a que te sumes a este movimiento mundial. Pero no solo el sábado. Te animamos a que incorpores las ideas de reducción de consumo energético a tu fábrica como filosofía de trabajo. Una filosofía verde que establezca el marco en el que se toman las decisiones de tu empresa. No solo para ahorrar costes, sino para contribuir al desarrollo sostenible y mantener activa una actitud medioambiental responsable y comprometida con la sociedad.

Nos encontramos en una encrucijada ecológica que es determinante para nuestro futuro. El Cambio Climático es más evidente que nunca y es necesario modificar la manera de hacer las cosas para poder hacer frente a este gran desafío. No hay excusas ante la extinción de plantas, árboles y animales. Ellos son los que nos dan vida: comemos, bebemos y producimos gracias a lo que la Tierra nos ofrece.

Los recursos naturales son recursos escasos y el ritmo productivo actual ha alcanzado un nivel desconocido. Para mantenerlo, la industria demanda una cantidad ingente de energía que se traduce en la extracción continua de hidrocarburos de la tierra. Estos, junto con el carbón, son quemados y transformados para nutrir a las máquinas industriales que fabrican:

  • nuestros coches
  • nuestros plásticos
  • nuestros muebles a bajo precio
  • nuestras palas de pádel
  • nuestras lámparas
  • nuestra comida envasada
  • nuestros medicamentos…

Es decir, que la dependencia que tiene la sociedad de la producción continuada es total. De tal manera que se produce el mismo efecto entre la industria y los hidrocarburos y otros recursos energéticos (que aún componen la matriz energética mundial) altamente contaminantes y no renovables.

¿Cómo se produce el Cambio Climático?

  1. La combustión de estos recursos energéticos junto con otros procesos productivos provoca la emisión de gases efecto invernadero (dióxido de carbono, metano…).
  2. El nivel productivo es muy alto y continuado: por lo que la emisión de gases efecto invernadero es masiva, acumulándose en las capas inferiores de la atmósfera.
  3. Esta concentración de gases forma una especie de manto que impide que gran parte de la energía del sol reflejada por la tierra se disperse.
  4. Esa concentración de calor en las capas inferiores de la atmósfera eleva la temperatura del área donde se da la vida, la biosfera.
  5. La subida de la temperatura provoca modificaciones en el planeta a una velocidad exponencial a diferencia de cómo sería de forma natural: es lo que conocemos como Cambio Climático. Y es el responsable de las sequías, las riadas, la subida del nivel del mar, la deforestación y otros procesos no naturales que repercuten negativamente sobre la población (falta de alimentos, desplazamientos forzosos, violencia…).

¿Cómo puede afectar el Cambio Climático a mi industria?

El Cambio Climático supone costes muy altos a nivel medioambiental y social. En el largo plazo, un daño medioambiental continuado puede ser irreversible. Los recursos naturales, tratados bajo el prisma de la industria extractivista, tienden a agotarse sin que haya tiempo para la recuperación (algunos simplemente no son renovables, como el petróleo).

Si recursos naturales, especialmente los conocidos como recursos energéticos clave, la industria no puede producir. Ahora solo faltaría ver qué desaparece primero: la actividad industrial o las personas potenciales consumidores.

Parece algo lejano, pero no lo es. Por eso, el Cambio Climático figura como primer problema a resolver en las agendas internacionales. Desde la ONU a la Unión Europea, políticas, medidas y planes en marcha para frenarlo, como el Pacto Verde Europeo.

El Cambio Climático afecta a la industria en tres niveles:

  • Productivo: por la dependencia energética.
  • Económico: por los costes derivados del uso de petróleo, gas y carbón, como fuentes de energía.
  • Dimensión social: la llamada Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Fundamental en los tiempos que corren. El Derecho internacional privado se ha relajado en favor de una serie de medidas de responsabilidad que deben adoptar las empresas de forma autónoma. Responden a una normativa Soft Law, basada en los valores y el compromiso de la industria con el entorno (medio ambiente y sociedad), más que en una ley.

La RSE impacta directamente sobre la imagen que proyecta una empresa y en una época de exigencia de transparencia y compromiso social, parece absurdo no adoptar medidas de respeto a los estándares de calidad productiva que exige el mundo. Los podemos fijar en:

  • La reducción de la emisión de gases efecto invernadero.
  • Cambiar la manera en la que una empresa de ingeniería industrial se nutre de energía para poner en funcionamiento sus máquinas industriales y resto de actividad.
  • Reducir el consumo energético en toda la empresa.

Ello no solo contribuye a minimizar el impacto ambiental o huella de carbono que la actividad productiva genera sino que, además, reduce considerablemente los costes.

La ONU calcula que la población mundial alcanzará los 9.600 millones de personas en 2050. Si mantenemos un estilo de vida parecido, en cuanto a modelo productivo y modelo de consumo, Naciones Unidas calcula que se necesitarán tres planetas para hacer frente a las demandas de recursos naturales.

Esto se muestra a todas luces, insostenible. La afirmación además subraya:

  • La dependencia entre industria y recursos naturales
  • La escasez de recursos naturales (que en solo 30 años no serían suficientes o desaparecerían)

Comencemos pensando en cómo hacer las cosas de otra manera. Vamos a ofrecerte algunas ideas para que tu empresa o fábrica, reduzca su consumo energético:

  • Más ahorro
  • Una actitud responsable

Sistemas de control para reducir el consumo energético

El uso de sistemas de control es clave para reducir el consumo energético. A través de la incorporación de estos sistemas en tu empresa o industria puedes reducir tus costes de producción al mismo tiempo que tu empresa adopta una actitud de respeto medioambiental para frenar el Cambio Climático.

Los sistemas de control suponen la automatización de tareas.

  • Pueden ser aplicados a todos los procesos de tu empresa, desde los más sencillos como la iluminación o control de la temperatura de la sala o fábrica. Hasta los más complejos relacionados con los motores de las máquinas industriales y el funcionamiento de la cadena de producción o montaje.
  • Los sistemas de control son programables: por eso responden exactamente a las necesidades de la empresa, sección, máquina… donde se instalan.
  • Permiten adaptar los ritmos de trabajo de forma automática. Al igual que las necesidades luminosas o los cambios de temperatura.
  • Evitan descuidos: los sistemas de control de encendido y apagado, eliminará de la ecuación de gasto, el componente humano. Es decir, el operario o trabajador tiene más libertad para hacer aquello en lo que es insustituible. Mientras que el resto de tareas están automatizadas.
  • Evitan las caídas de tensión. Que generan un enorme gasto económico cuando debe reanudarse la actividad.
  • Corrigen velocidades de trabajo según volumen…

Otros factores que reducen el consumo energético

Las fábricas no están exentas de adoptar medidas de eficiencia energética y ahorro que podrías incorporar en tu vivienda.

  • Un buen aislamiento:
    • Evita los cambios bruscos de temperatura.
    • Elimina las pérdidas de calor en invierno.
    • Favorece un ambiente de trabajo de temperatura controlada.
  • Incorporar energías renovables: disminuir la dependencia de energías que provenga de hidrocarburos en favor de energía eólica o hidroeléctrica, si es posible. Instalar paneles solares que reduzcan gastos y redunden en energía limpia.
  • Seleccionar la potencia eléctrica contratada adecuada es crucial para ahorrar.
  • Realizar labores de mantenimiento periódicas:
    • Con las que alargar la vida del equipo y máquinas industriales
    • Mantener las condiciones óptimas de tus máquinas industriales
    • Evitar pérdidas por deterioro (sistemas hidráulicos que pierden aceite, motores que se saturan…).

Sistemas de control específicos para tu empresa

El equipo de Proyecta Estudio podemos ayudarte con el sistema de control que mejor resuelva las necesidades de reducción de consumo energético de tu empresa o fábrica.

Contamos con una dilatada experiencia en el ámbito del diseño industrial. Solo tienes que ponerte en contacto con nosotros y explicarnos cuáles son tus problemas de gasto energético.

Nosotros nos encargamos de diseñar una propuesta con las soluciones tecnológicas más eficaces del mercado, según vuestras necesidades. Elaboraremos un plan diseñado específicamente para la incorporación de sistemas de control específicos para dar respuesta a cada punto crítico. 

Te ofrecemos soluciones tecnológicas de control en todos los niveles del proceso productivo de tu empresa.

Llámanos, estaremos encantados de escucharte.